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El tema del liberalismo económico se ha vuelto cada vez más recurrente entre las personas, debido a diversas motivaciones como la política y las finanzas. Esta temática puede generar dudas sobre cada tipo de doctrina económica, y aquí aclararemos una de ellas: ¿Qué es el liberalismo económico?

¿Qué es?

El liberalismo económico es una corriente de pensamiento que surgió en Europa en el siglo XVIII, en un momento en que el mercantilismo estaba siendo reemplazado por el capitalismo. El liberalismo se divide en dos tipos, uno de los cuales es el liberalismo económico. Los liberales abogaban por la libre iniciativa y criticaban la excesiva intervención del Estado en la economía. En contraposición, los mercantilistas y fisiócratas defendían la intervención estatal a través de impuestos, proteccionismo y monopolios.

Las principales características del liberalismo económico son la no intervención del Estado en la economía, la libre competencia y la valoración de la propiedad privada. El lema de los liberales era “Laissez Faire, Laissez Passer” (Dejar hacer, dejar pasar), lo que significa que el Estado no debe interferir en las actividades económicas de los individuos.

Según el liberalismo económico, el mercado es autorregulado y cualquier desajuste se corrige naturalmente. El papel del Estado es mantener el orden, preservar la paz y proteger la propiedad privada. Uno de los precursores del liberalismo económico fue el filósofo y economista escocés Adam Smith. Aunque el liberalismo económico predominó durante todo el siglo XIX, la Gran Depresión de 1929 marcó su declive. Sin embargo, sigue siendo una corriente de pensamiento influyente en la actualidad.

Historia

El surgimiento del liberalismo económico se dio en la época en que los Estados Nacionales estaban en proceso de constitución. Durante este tiempo, un grupo de pensadores criticó la intervención excesiva del Estado en la economía, la cual limitaba el espacio de la iniciativa privada.

En contraposición a las ideas del mercantilismo y los fisiócratas, que abogaban por el control del Estado en la economía a través de monopolios, altos impuestos y protección de los gremios profesionales, los liberales defendían la no intervención del Estado en la economía, la protección de la propiedad privada y la libre competencia.

La expresión francesa “laissez faire, laissez passer” (dejar hacer, dejar pasar) resume un principio fundamental del liberalismo, que defiende la libertad económica. Para los liberales, el individuo es el agente económico y, por lo tanto, el Estado no debe interferir en las actividades económicas con un exceso de reglas. Si hay algún desajuste, el mercado se encargará de corregirlo de forma natural y autorregulada. En el liberalismo, es responsabilidad del Estado mantener el orden, preservar la paz y proteger la propiedad privada.

La historia del liberalismo económico se remonta al siglo XVIII, período en el que se produjeron importantes cambios sociopolíticos y económicos en Europa. Surgió como una crítica al mercantilismo, el sistema económico vigente liderado por gobiernos absolutistas. La doctrina liberal estableció las bases para el capitalismo industrial, que se originó en Inglaterra y se expandió por Europa.

El liberalismo económico respaldó la defensa de las acciones individuales de la clase burguesa, que se convirtió en el centro del nuevo sistema económico. Sin embargo, a partir de la década de 1930, el liberalismo entró en declive debido a la crisis económica de 1929. Esta crisis se interpretó como una consecuencia de la mínima interferencia estatal en las actividades bancarias y en la bolsa de valores. Los países industrializados y las empresas instaladas en ellos se recuperaron mediante la intervención del Estado en la economía, como ocurrió con la política del New Deal en los Estados Unidos, lo que marcó la caída del liberalismo económico.

Principales corrientes de pensamiento

Libre Concurrencia:

Uno de los pilares fundamentales del liberalismo económico es la libre concurrencia, que implica la libertad del comercio para producir, fijar precios y controlar la calidad de su producción, sin la necesidad de interferencia estatal. Según esta corriente de pensamiento, el mercado, a través de su ley de oferta y demanda, es capaz de ajustar la demanda y el valor de los bienes de manera eficiente.

Vantaja Comparativa:

Otro concepto importante dentro del liberalismo económico es el de la ventaja comparativa, que defiende que cada país debería especializarse en la producción de aquellos bienes en los que tiene una ventaja competitiva, en comparación con otros países. Esto conlleva a una división internacional del trabajo, en la que cada nación se dedica a la producción de aquellos bienes que son más eficientes para ella.

Por ejemplo, si el país A tiene una ventaja comparativa en la producción de café y el país B en la producción de maquinaria, entonces el país A debería centrarse en la producción de café y el país B en la producción de maquinaria. Esto aumentaría la eficiencia de la producción y, por ende, el bienestar económico de ambos países.

Cambio Libre:

Otro tema importante en el liberalismo económico es el del cambio libre, que tiene como objetivo reducir las tarifas aduaneras que conducen al proteccionismo. De esta manera, se busca fomentar la libre competencia en el mercado y reducir las barreras comerciales entre los países.

Los autores más destacados del liberalismo económico

Adam Smith (1723-1790)

Adam Smith fue un economista y filósofo escocés considerado el padre de la economía moderna y el principal exponente del liberalismo económico clásico. Su obra más destacada, “La riqueza de las naciones”, publicada en 1776, fue un hito para la teoría económica y una crítica al mercantilismo y al sistema de gobierno absolutista. Smith defendió la libertad individual y el libre mercado, y acuñó la teoría de la “mano invisible”.

Smith estudió en la Universidad de Glasgow, donde se apasionó por las matemáticas y recibió la influencia de las ideas económicas y filosóficas de Francis Autcheson. Después de graduarse, obtuvo una beca para el Balliol College de Oxford, donde se graduó con un perfecto dominio de la filosofía clásica. Smith inició su trayectoria como escritor de éxito publicando artículos en la Edimburgh Review, profundizando en diferentes disciplinas y entablando una estrecha relación con el filósofo David Hume.

Smith destacó como docente excepcional en la Universidad de Glasgow, donde fue nombrado decano de la facultad en 1758. Su prestigio era tal que incluso Voltaire le enviaba a sus mejores alumnos como muestra de reconocimiento y admiración. La obra de Smith ha tenido una gran influencia en la teoría económica, y sus ideas sobre la libre competencia, el liberalismo y la economía política siguen siendo objeto de estudio y debate en la actualidad.

Thomas Malthus (1776-1834)

Thomas Robert Malthus fue un economista británico que se destacó por sus estudios sobre el crecimiento de las poblaciones y su relación con los recursos naturales disponibles. Según Malthus, los recursos crecen en proporción aritmética mientras que la población crece en proporción geométrica.

Malthus defendió que las guerras, las epidemias y los desastres naturales funcionan como reguladores de las necesidades de consumo de una población en consonancia con su tamaño. En su obra “Ensayo sobre el principio de la población”, publicada en 1798, planteó la teoría malthusiana, que sostiene que el crecimiento poblacional excesivo puede llevar a una escasez de recursos y a una disminución en la calidad de vida.

Aunque su teoría ha sido objeto de controversia y críticas, Malthus sigue siendo una figura relevante en la historia del pensamiento económico y su obra ha influido en numerosos debates sobre la relación entre población, recursos naturales y desarrollo económico.

David Ricardo (1772-1823)

David Ricardo fue un filósofo inglés destacado en el liberalismo económico gracias a su teoría de la ventaja comparativa. Según esta teoría, el comercio internacional debería ser dividido de acuerdo con las posibilidades de cada país para que las transacciones fueran justas y no fuera necesario crear barreras arancelarias.

Además, Ricardo también sostuvo que las empresas podían obtener ventajas competitivas al diferenciar sus productos y servicios, al contar con el monopolio del mercado o al encontrar políticas favorables para sus negocios.

Su teoría de la ventaja comparativa, publicada en 1817, fue una contribución importante a la economía clásica y ha sido utilizada para argumentar a favor del libre comercio y la globalización. Además, su trabajo también influyó en la teoría del valor trabajo y la teoría de la distribución. En resumen, David Ricardo fue un destacado filósofo y economista inglés que dejó un importante legado en la teoría económica y el liberalismo.

Opiniones adversas respecto al sistema económico liberal

El liberalismo económico es una corriente de pensamiento que defiende la libre iniciativa y el libre mercado, sin intervención del Estado en la economía. Sin embargo, esta teoría ha sido objeto de críticas a lo largo de la historia. Una de las críticas más comunes es la competencia desleal que surgió entre grandes empresas y pequeñas empresas, que no tenían recursos suficientes para sobrevivir en un mercado regulado por mecanismos de mercado. Esta situación llevó a la concentración de recursos y rentas en manos de una sola clase, intensificando las desigualdades socioeconómicas y promoviendo el surgimiento de la ideología socialista.

Otra crítica común al liberalismo económico es la falta de intervención del Estado en la economía. En la década de 1930, durante la crisis económica, surgió una nueva corriente de pensamiento llamada keynesianismo, que tenía como objetivo revisar las discusiones liberales y restablecer el papel del Estado en la economía. John Maynard Keynes fue el principal defensor de esta teoría, que propone la intervención del Estado en la economía para garantizar la estabilidad y el crecimiento económico.

Además de estas críticas, hay otros elementos del liberalismo económico que han sido criticados, como la defensa de la libre competencia y la reducción de la regulación estatal sobre el mercado. En resumen, el liberalismo económico ha sido objeto de críticas desde su surgimiento, y estas críticas han llevado a la aparición de nuevas corrientes de pensamiento que buscan corregir las deficiencias de la teoría liberal y garantizar una economía más equitativa y justa.