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Uno de los impuestos que aquellos quienes realicen actividades comerciales, industriales o mineras, deben cubrir en Chile, es el conocido impuesto de primera categoría. Éste grava las utilidades generadas por las empresas, por lo que es parte del sistema tributario; y el día de hoy hablaremos más sobre él.

¿De qué se compone el impuesto de primera categoría?

El impuesto de primera categoría busca garantizar que las empresas cumplan con sus obligaciones sosteniendo el sistema fiscal de Chile, lo que en un panorama general promueve la distribución equitativa de la riqueza en el país.

En este caso, el impuesto de primera categoría es un tributo que forma parte de la Ley sobre el Impuesto a la Renta (LIR), el cual se aplica principalmente a las actividades comerciales, mineras, industriales, de servicios y otras fuentes empresariales.

Las empresas, las tiendas, los restaurantes, las fábricas, los agricultores y cualquier persona que tenga un negocio y que genere dinero a partir de actividades comerciales, deben cumplir con este impuesto que se paga sobre las utilidades, es decir, las ganancias totales después de cubrir todos los costos del negocio, incluyendo las nóminas, los insumos, el arrendamiento, etc.

En este caso, el monto del impuesto depende directamente del tipo de empresa, siendo de un 25% para las empresas acogidas al régimen Pro Pyme General, y un 27% para aquellas bajo el régimen General (semi-integrado).

Este impuesto tiene el objetivo de que las empresas aporten dinero al gasto público, el que se utilizará para financiar proyectos públicos de educación, salud, construcción de carreteras y más.

Si bien, las personas comunes y corrientes no están obligadas a pagar este impuesto, aquellos quienes tienen una labor comercial están obligados a hacerlo, tal y como las personas comunes y corrientes, deben pagar el IVA y otras formas de impuesto.

Ler también:

Preguntas frecuentes de renta y del Impuesto de Primera Categoría

¿Qué es el impuesto? ¿Y para qué sirven los impuestos?

¿Quién debe pagar el Impuesto de Primera Categoría en Chile?

Este impuesto debe ser pagado por todas las personas, empresas, o cualquier tipo de entidades que obtengan ingresos efectivos provenientes de sus actividades comerciales, mineras, agrícolas o de prestación de servicios.

Algunos sectores que están obligados a cubrir el Impuesto de Primera Categoría son:

  • Empresas y sociedades: todas las empresas que realizan actividades económicas como el comercio, la industria, la agricultura, el sector de los servicios y la minería.
  • Personas naturales: personas quienes ejercen actividades de manera independiente y generan ingresos, como lo son los consultores, diseñadores, arquitectos y dueños de pequeños negocios.
  • Contribuyentes que declaran rentas: en este conjunto se encuentran las personas que obtienen rentas efectivas, es decir, generan ingresos reales mediante la contabilidad, completada o simplificada.
  • Sociedades extranjeras con actividades en Chile: todas las empresas extranjeras que obtienen ingresos prestando servicios en Chile, también están obligadas a pagar este impuesto.

Aunque cualquier persona o entidad que genere utilidades con actividades económicas deben de pagar el Impuesto de Primera Categoría, hay una serie de excepciones, como lo son:

  • Microempresas familiares: esto se determina según los ingresos anuales y el régimen tributario.
  • Empresas en el régimen Pro Pyme: este tipo de empresas tienen beneficios especiales como una tasa reducida para que tengan facilidades en cuanto a su declaración de impuestos.

¿Cómo calcular cuánto pagar en el Impuesto de Primera Categoría?

El Impuesto de Primera Categoría de acuerdo a la legislación chilena, se calcula según las utilidades que se obtienen de acuerdo a la actividad de una empresa o negocio durante todo el año, por lo que el pago se hace de manera anual, a través de la declaración de renta que se presenta en abril del siguiente año.

Para calcularlo, debes seguir los siguientes pasos:

  1. Primero que todo es importante determinar las utilidades, es decir, las ganancias que le quedaron a una empresa después de restar los costos y los gastos necesarios para operar el negocio. Dependiendo del régimen tributario, la renta puede calcularse, ya sea de acuerdo a la contabilidad completa, o simplificada.
  2. Posteriormente se debe aplicar la tasa de impuesto, siendo del 25% para aquellas empresas enmarcadas en el régimen Pro Pyme General; y del 27% para las empresas que corresponden al régimen General (Semi-integrado).
  3. Ahora, en algunos casos, puede haber descuentos o créditos tributarios, estos son provisionales y tienen que ver con las inversiones o atenciones previas que pueden descontarse del monto final.

¿Cómo se debe pagar el impuesto de primera categoría?

Existen diferentes maneras en las que se puede pagar el impuesto, siendo las siguientes:

Pagos provisionales mensuales

Las empresas pueden realizar pagos mensuales o anticipados a lo largo del año, conocidos también como PPM.

Estos son un porcentaje de los ingresos brutos al mes, y permiten hacer un anticipo de los pagos, los cuales se descontarán del monto final anual durante la declaración del impuesto.

Declaración anual de renta

El monto final del impuesto de primera categoría se debe pagar a partir de la declaración de renta, el cual se presenta al comienzo del año siguiente.

Esta declaración se presenta a partir de un formulario, donde se determina si el contribuyente debe pagar un monto adicional; o incluso tiene saldo a favor, de acuerdo a los anticipos que ha hecho a lo largo del año.

Métodos de pago

Finalmente, el pago se hace directamente al Servicio de Impuestos Internos (SII), ya sea por transferencia electrónica, depósito bancario o pago en línea a través del sitio web oficial.

¿Cuál es el costo total del impuesto?

Aunque pueda ser confuso el hecho de que se deba pagar adelanto durante el año y un monto total, al final de la declaración del último año; el costo del Impuesto de Primera Categoría es muy fácil de calcular, siempre y cuando se tenga un conocimiento total de las utilidades que ha tenido la empresa en el último año.

Solamente hay dos tasas diferentes de impuesto, las cuales son:

  • 25% para empresas acogidas al Régimen Pro Pyme General.
  • 27% para empresas acogidas al Régimen General (Semi-integrado).

Y para calcularlo, debes determinar las utilidades restantes después de descontar todos los costos y gastos operativos, multiplicándolas por la tasa de impuestos.

¿Qué consecuencias tiene dejar de pagar este impuesto?

Si una empresa o persona con actividad comercial, no cumple con sus obligaciones de cubrir el Impuesto de Primera Categoría en Chile, adquiere una infracción tributaria, la cual tiene diferentes consecuencias financieras, e incluso legales.

Primero que todo adquiere una multa por cada mes o fracción de retraso del pago, a la cual se aplica un interés mensual de 1.5% sobre el monto del adeudo.

También hay otra clase de multas que se imputan por el incumplimiento u omisión de las obligaciones tributarias, las cuales van desde el 30% del monto adeudado, hasta el 60%, en caso de que se descubra en una fiscalización.

Otra consecuencia, es la pérdida de beneficios tributarios, ya que las empresas pueden perder créditos fiscales, y también acceso a regímenes preferenciales, los cuales les ayudarían a pagar una cantidad menor de impuestos.

En caso de qué se descubra cuando una empresa está cayendo en incumplimiento u omisión, a partir de una revisión o auditoría, el SII puede iniciar un proceso de fiscalización para revisar las declaraciones tributarias y compararlas con los libros contables del contribuyente.

Si la empresa no se regulariza con el adeudo, se pueden embargar los bienes del contribuyente, incluyendo vehículos, bienes inmuebles, e incluso también las cuentas bancarias para cubrir el monto adeudado.

En caso de que no se cumpla con el adeudo, se puede llegar a los tribunales para forzar el pago a partir de un proceso judicial.

Posteriormente, el contribuyente queda registrado como moroso, lo que afecta su historial tributario, dificultando el obtener créditos bancarios, participar en licitaciones públicas, e incluso también afectando la posibilidad de realizar trámites en entidades del Estado.

En casos graves, como en la evasión fiscal o la falsificación de información tributaria, el moroso puede ser condenado hasta 5 años en prisión, más acumular multas adicionales por defraudación al sistema fiscal.

Por eso, es muy importante que cumplas con las obligaciones de pagar el Impuesto de Primera Categoría, primero que todo para evitar una carga financiera que pudiera ser mucho mayor, y finalmente, evitar consecuencias que incluso puedan llevar a la pérdida de la libertad.

Si no puedes pagar el monto total, puedes pedir un convenio directamente con el SII, y de esta forma, puedas regularizar tu situación fiscal.